Un patio (del latín pac a través del occitano pàtu) es una zona sin techar situada en el interior de un edificio. En una casa, el patio puede ser empleado como lugar de esparcimiento, ofreciendo seguridad y conservando la intimidad.
El patio puede estar rodeado por tapias que lo separen de otros patios vecinos o de la calle, mientras que el patio rodeado completamente por el resto de piezas del mismo edificio es típico de las ciudades españolas. En todo caso será una zona sin techo. Puede tener alguna parte cubierta pero en este caso esa zona no tendrá separación alguna con el resto del patio. Como mucho alguna columna o arcada para soportar la estructura del cobertizo o porche.
En edificios altos de viviendas existen patios interiores para dar iluminación a todas las habitaciones de cada piso. El fondo del patio será privado anexo a la vivienda de la planta baja o primera, será una zona común accesible o cerrada, o bien quedará inaccesible por motivos de seguridad. Estos patios pueden coincidir con otros análogos de edificios vecinos y también quedar con un lado abierto a la calle para obtener mayor iluminación.
El suelo de los patios puede estar pavimentado, o poseer una zona ajardinada. En cualquier caso, suele disponer de un sistema de drenaje o de evacuación del agua de lluvia para evitar así su acumulación. Las casas romanas (domus) solían disponer de un depósito de agua, o impluvium, que se llenaba directamente con la lluvia.
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